martes, 3 de abril de 2007

Instrucciones para esperar a su novia mientras se arregla



Habría que investigar primariamente el hecho del desarreglo para evacuar cualquier idea poseída de fanatismo al color o al activismo esteticista. En cualquiera de los casos, al tratarse de una mujer, este punto da exactamente igual.

Como en varias instrucciones de este esfuerzo prodigiosamente inútil, lo primero es partir del concepto y acción de la paciencia.

Salude a su novia. Evidencie soltura y cadencia. Ni por asomo pregunte si falta algún pícaro porcentaje en su arreglo. Cuando sea conducido a la sala (de espera), como todo buen "paciente", siéntese generando armonía con el ecosistema: estará ahí un buen rato.

Puede usted jugar a encontrar divertidas y cubistas figuras en el techo de tirol, o mejor aún, ubicar en tres segundos las figuritas de la mesa para luego cerrar los ojos y recapitularlas de memoria.

Si esto no le parece lo suficientemente nerd, no se darán aquí más ideas en esa tesitura, por lo que se recomienda enfáticamente cambiar de blog.

Puede imaginar un momento antes o uno después en las fotos que tenga a su alcance o imaginar cómo se ponen los cumpleaños más feroces justo en el sillón que ahora ocupa su amistosa biomasa.

Mientras todo esto pasa, y si no ha salido el perrito o algún familiar a distraerlo de su actividad francamente contemplativa, podrá escuchar los pasos con tacón, el cerrar del clóset, el abrir de la llave del baño o el apagar de la tele.
Pareciera que ahí viene.
¿O se le habrá olvidado el lipstick con algún extraño pantone en la bolsa que no recuerda si está en la cocina, en el coche, o si de verdad existe dicha bolsa?

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