viernes, 14 de agosto de 2009

Instrucciones para sentirte como de la familia



Harto difícil es definir esa rara entidad conocida como familia.

Nadie pone en duda el valor consanguíneo, como tampoco las interminables hordas de sorpresas (vaivenes emocionales) que esto depara a uno en los momentos más escondidos de su tránsito vital.

Por el hecho de nacer en ese seno y ocupar determinada casilla del tablero -sin oportunidad para llamar al gerente o al capitán (así sea de fragata)- tienes que empezar a lanzar los dados (aún sin siquiera saber hacerlo) porque el tiempo tiene prisa.

En una sociedad como la nuestra, la familia es una institución polivalente: tanto vives perennemente agradecido por su liga, como maldices y cuestionas mentadas que naturalmente no deberían incidir en tu madre.

La familia es una complicidad esquizofrénica que a pesar de la fuerza de la lógica, se mantiene junta como baluarte y rémora al unísono. A costa de lo que sea.

Con esa mística, un clan delincuencial tomó el concepto de "La Familia", más como apodo que como referente, que opera mejor a la inversa.

Michoacán es su hogar y desde ahí se hacen notar las diferencias en la recámara, las peleas por el control, los berrinches y manoteos, las patadas bajo la mesa en el desayuno, las escenitas en público y las infidelidades mutuas.

Diez días tenía Calderón en su puesto en Los Pinos y desplegó al ejército en el estado como quien manda al tío que todos obedecen a apaciguar los ánimos hiperventilados.

En pleno jolgorio patrio, el grito fue de pánico y no para arengar a los héroes que nos dieron libertad. El año pasado estallaron cuatro granadas en dicha ceremonia cívica, como el desmán y escena que todo tío borracho llega a hacer, más como reafirmación filial que por convicción causal.

Narcomantas, ejecuciones y revueltas en la localidad dieron pie a que en mayo de este año el papá se quitara el cinturón y detuviera a 10 alcaldes, un juez y 17 empleados del gobierno estatal. El lobo dejó de decir "Ahí voy", o por lo menos se hartó de la bola de malcriados que consintió.

Amigos, funcionarios cercanos y hasta al medio hermano del gobernador Godoy fueron alcanzados por el castigo y el gritoneo. Están en la mira como implicados en el narco como el que se junta con el peleonero del salón.

Hay quienes dicen que en el berrinche oficial por no ser avisado del operativo federal y el tremendo espectáculo que lleva dando La Familia, hubo un pacto drástico para que el gobernador no dimitiera. Justo como el suegro que dice "¡O le bajas o le bajas!".

De por sí Godoy, cuando está más relajado tiene cara de estar al borde del suicidio...

En toda familia hay escenas para el anuario. En particular, esta Familia ha venido a mostrar lo disfuncional que es y la violencia que generan sus exabruptos y mentadas en traspatio.

Es una familia que muchas semejanzas y diferencias guarda con cualquier otra.

Aún así, todo quedará en familia.

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