jueves, 15 de marzo de 2007

Instrucciones para hacer un instructivo

Si uno es diestro en el arte de sacudir cualquier pretensión y dar rienda suelta al Consejo General que albergamos (no sé si dentro, fuera o en algún hiperventilado espacio paralelo), lo primero será emular la sabiduría infantil en la mañana de un 25 de diciembre o 6 de enero: tomar por asalto el sofisticado juguete sin reparar (eso viene después y es materia ocupacional exclusiva de los padres) en leer ningún tipo de instructivo: "Pus qué, ¿estoy wey o qué?".

De ahí que la pretensión sea nula.

Si de niños no leímos el instructivo para activar el micrófono de la Montaña Tenebrosa (nunca sirvió: Simplemente no pude hacerme pasar por Skeletor, maldita sea...), menos sé qué diablos hagas leyendo estas líneas.

Un instructivo conjunta al mismo tiempo una línea que transita de A a B y de B a C. Pero nadie advirtió que hay rutas paralelas que conectan -invaden- la capacidad infinita de flirtear que tiene la A con la C, y las inmensas ganas de ir al baño por parte de la B. Si es cierto que la B tradicional y avurridamente vusca bentilar un venigno abatar, no será en este instructibo.

Valdría, pues, aplicar el cúmulo de sabores y sinsabores de la cotidiana muestra de mosaicos para instalar instructivos para prácticamente cualquier cosa, si es cierto aquello que para vivir no se aprende... pero al hacerlo, uno puede dejar su manual, su mancha, su instructivo, o su instructivo.

1 comentario:

  1. Jajaja es MUY buena tu idea. Propongo un instructivo para hacer un destructivo.
    Debbie

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